Estamos sumergidos en un AMBIENTE de derrota. La cumbre de Copenhague, aquella en la que todos pusieron su esperanza, pensando que el timón ambiental cambiaría de rumbo y nos pondría a salvo para no chocar con un iceberg apocalíptico, ha fracasado.
Para nadie es desconocida la situación crítica en la que nos encontramos, en cuanto a la preservación del medio ambiente y por ello, la cumbre de Copenhague debió significar el acuerdo entre todos los países participantes (25 de ellos son los más ricos del mundo) para idear y encontrar la solución al problema catastrófico del calentamiento global. Pero ¡OH sorpresa! EE. UU. Y China (2 de los países más contaminantes del mundo) pospusieron una vez más la lucha contra el calentamiento del planeta para este año en México, como si esto fuera un juego y nos pudiera esperar.
Leamos lo que dice un artículo del diario El Comercio el día 20 de diciembre de 2009 “Lo cierto es que aunque Copenhague tendría que haber puesto los cimientos para sustituir al ya desfasado Protocolo de Kyoto sobre protección del clima, que expira en 2012, las expectativas han quedado por los suelos.
Tras una madrugada eterna, marcada por la tensión, el caos y elevadas dosis de cafeína, finalmente el acuerdo alcanzado anoche por un grupo de 25 países, los más ricos del planeta y numerosas naciones en vías de desarrollo, fue adoptado ayer en la mañana bajo una fórmula vaga y débil que no compromete a nadie a casi nada.
El plenario se limitó a “tomar nota” de la existencia del acuerdo, pero poco más. Los 190 países participantes en la cumbre acordaron que la propuesta de compromiso se incluirá oficialmente en el proceso de negociación que continuará el próximo año, con una nueva conferencia que se celebrará en México en diciembre de 2010, evitando así el bloqueo total y salvando la cara por muy poco. Ahora, cada país es libre de adoptar o no el acuerdo sobre objetivos de protección climática, según su criterio”.
Esperemos y roguemos que los gobernantes del mundo se pongan de acuerdo de una vez por todas, para combatir este mal causado principalmente por el hombre y nos demos cuenta que aún estamos en el campo de batalla, que podemos salvar al mundo de su segunda desaparición apocalíptica.
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