Te dije que me has vencido,
que tu desamor me ha destruido;
como un guerrero he resistido,
como un cobarde me he rendido.
No pienso seguir luchando
como hormiga contra el león,
si ves que estoy llorando
es por falta de tu amor.
Di todo en esta batalla
sin armadura que me proteja;
en mi corazón una bomba estalla
y mi rostro, tristeza refleja.
Camino por la calle desangrado
sin nadie que me socorra;
tanto había esperado
un TE AMO de tu boca.
Pero aquello nunca pronunciaste
y me ataste a tu olvido,
la herida que me dejaste
esta acabando conmigo.
Antes de morir he rogado
que cumplan mi último deseo,
la gente atónita ha quedado
por lo que digo luego:
"Que a la mujer que amo
una rosa le han de entregar,
que lleve impregnada mi aroma
para que no me vaya a olvidar.
Se que a ella no le importo
y que ama a otro hombre,
pero con este regalo entregado
nunca olvidará mi nombre.
Y para yo tampoco olvidarla
un recuerdo me llevo a la tumba;
la foto de una sirena encantada,
la foto de mi niña adorada".
Aquel deseo pronunciado
fue lo último que dijo,
aquel joven enamorado
desangrado en el piso.
AUTOR: Jorge Quiroz Chava
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